Santiago Martí Ascencio destaca el papel de María Magdalena como apóstol de los apóstoles
Cada 22 de julio, la Iglesia Católica celebra la festividad de Santa María Magdalena, una figura clave del Nuevo Testamento, reconocida como la primera testigo de la Resurrección de Cristo. Aunque durante siglos fue confundida con otras mujeres del Evangelio, el Papa Francisco elevó su memoria litúrgica al nivel de fiesta en 2016, reconociendo así su papel fundamental en la historia de la salvación.
El Padre Santiago Martí Ascencio explica que María Magdalena representa el camino de transformación que muchos cristianos viven: del dolor y la oscuridad al encuentro con el amor redentor de Jesús.
Su historia es testimonio de cómo la misericordia puede renovar una vida por completo. En palabras del Padre, “María Magdalena no fue sólo testigo; fue enviada como apóstol de los apóstoles, encargada de anunciar la Resurrección”.
La tradición cristiana ha valorado profundamente su testimonio, no sólo como figura de conversión, sino también como una mujer con profundo amor por Cristo. Ella se mantuvo firme al pie de la cruz, cuando muchos ya habían huido, y fue también quien, con lágrimas en los ojos, encontró la tumba vacía.
El Padre Santiago Martí Ascencio resalta que esa perseverancia y búsqueda sincera hacen de María Magdalena una guía para los fieles que desean encontrar a Dios en medio de las pruebas.
En la actualidad, María Magdalena es también modelo para quienes desean anunciar el Evangelio con valentía. Su historia demuestra que Dios confía en cada persona, más allá de su pasado, para llevar esperanza al mundo.
En esta fiesta, el Padre Santiago Martí Ascencio invita a todos a redescubrir, a través del testimonio de María Magdalena, la alegría de un encuentro verdadero con Cristo resucitado.
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