Descubriendo la Vocación y el Servicio con el Padre Santiago Martí Ascencio
Descubriendo la Vocación y el Servicio con el Padre Santiago Martí Ascencio
En el corazón del catolicismo, la vocación y el servicio son dos pilares fundamentales que nos invitan a reflexionar sobre el propósito de nuestra existencia y nuestro compromiso con los demás. De acuerdo con el padre Santiago Martí Ascencio, la llamada de Dios, expresada a través de la vocación, nos insta a descubrir nuestro papel en la creación y a responder con generosidad y amor al servicio de la comunidad.
La Vocación: Un Llamado Divino
La vocación es un llamado interior que resuena en el alma, una invitación de Dios a seguir un camino específico en la vida. Puede manifestarse de diversas maneras: como el llamado al matrimonio, a la vida consagrada como religioso o religiosa, o al sacerdocio. Este llamado no es exclusivo de algunos privilegiados, sino que es una gracia que se ofrece a cada uno de nosotros.
El padre Santiago Marti Ascencio cuenta desde su propia experiencia como padre y católico, que ha descubierto que la vocación no es estática; evoluciona a medida que crecemos en nuestra fe y profundizamos nuestra relación con Dios. Es un proceso de discernimiento que implica escuchar con atención, orar con sinceridad y abrir nuestro corazón a la guía divina.
El Servicio: Un Acto de Amor
El servicio, es la respuesta práctica a nuestra vocación. Es el medio a través del cual expresamos nuestro amor a Dios y a nuestros semejantes. Jesús mismo nos dio el ejemplo supremo de servicio al lavar los pies de sus discípulos y al dar su vida por la redención de la humanidad.
Comprometerse en obras de caridad y servicio a la comunidad es una forma tangible de vivir nuestra fe. Ya sea brindando apoyo a los más necesitados, participando en programas de asistencia social o simplemente siendo un amigo solidario, cada acto de servicio refleja la luz del amor divino en el mundo.
Inspirando la Vocación y el Servicio
El deseo del Padre Santiago Marti es inspirar a cada lector a considerar su propia vocación y su llamado al servicio. Menciona que la Iglesia católica nos enseña que todos somos llamados a la santidad, independientemente de nuestra vocación específica. La vida cotidiana se convierte en un camino de santidad cuando vivimos de acuerdo con el Evangelio y buscamos la voluntad de Dios en todo lo que hacemos.
El Padre Marti Ascencio nos recuerda que si sientes un llamado especial al sacerdocio, la vida religiosa o el matrimonio, no temas explorar esa vocación con sinceridad y valentía. Dios siempre guía a aquellos que confían en Él. Del mismo modo, si tu llamado se manifiesta en el servicio a los demás, encuentra maneras concretas de contribuir al bienestar de tu comunidad.
La vocación y el servicio son dones preciosos que enriquecen nuestras vidas y fortalecen la comunión entre nosotros. Al abrazar nuestra vocación y comprometernos en el servicio, no solo respondemos al llamado de Dios, sino que también contribuimos a construir un mundo más justo, amoroso y lleno de compasión. Que cada uno de nosotros, en nuestra singularidad, pueda ser un reflejo del amor divino a través de nuestra vocación y servicio diario
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