El Padre Santiago Martí Ascencio comparte la fe y ejemplo de San Felipe de Jesús
Cada 5 de febrero, la Iglesia Católica conmemora a San Felipe de Jesús, el primer santo nacido en México. Su historia es un testimonio de fe, valentía y entrega a Dios, que sigue inspirando a los fieles en la actualidad. El Padre Santiago Martí Ascencio nos recuerda que la santidad no es un ideal lejano, sino un llamado para todos.
Felipe de las Casas Martínez, conocido como San Felipe de
Jesús, nació en la Ciudad de México en 1572. Desde joven mostró inquietud por
la vida religiosa, aunque al principio fue indeciso en su vocación. Tras un
breve paso por la vida secular, ingresó a la Orden Franciscana en Filipinas,
donde finalmente abrazó con convicción su llamado a la vida consagrada.
En su camino de regreso a México para recibir su ordenación,
su barco naufragó en las costas de Japón, donde fue apresado junto con otros
cristianos. En un contexto de persecución religiosa, San Felipe de Jesús fue
martirizado en Nagasaki el 5 de febrero de 1597, junto con otros 25 compañeros,
conocidos como los Mártires de Japón. Su valentía y amor por Cristo lo llevaron
a la gloria de los altares, siendo canonizado en 1862 por el Papa Pío IX.
San Felipe de Jesús es considerado patrono de la Ciudad de
México y su festividad es motivo de celebración en diversas comunidades
católicas. Su vida es un llamado a la perseverancia en la fe, incluso en medio
de las adversidades.
El Marti Ascencio, comprometido con la evangelización y la
enseñanza de la fe, nos recuerda que la santidad no es un ideal lejano, sino un
llamado para todos. "San Felipe de Jesús nos enseña que, sin importar
nuestras dudas o tropiezos iniciales, Dios siempre nos guía hacia nuestro
propósito si confiamos en Él", expresa el padre Santiago.
Que en este 5 de febrero, la vida de San Felipe de Jesús nos
inspire a vivir con mayor entrega y fidelidad al Evangelio, recordando que cada
uno de nosotros está llamado a la santidad en nuestro propio caminar.
Comentarios
Publicar un comentario