Santa sede solicita a la ONU detener el desarrollo de armas impulsadas por inteligencia artificial: Santiago Martí
En la reciente reunión de la ONU celebrada el 26 de agosto
en Ginebra, el arzobispo Ettore Balestrero, Observador Permanente de la Santa
Sede ante las Naciones Unidas, destacó la necesidad de reflexionar sobre los
sistemas de armas autónomas letales (LAWS) y su impacto en la ética y la
humanidad.
Estas tecnologías emergentes permiten a la inteligencia
artificial operar sistemas de armas sin intervención humana, lo que ha
suscitado serias preocupaciones morales y legales.
El arzobispo Balestrero amplió los comentarios realizados
por el Papa Francisco en la Conferencia del G7, en los que el Pontífice abogó
por una moratoria internacional en el desarrollo de dicha tecnología.
El Papa Francisco subrayó que "ninguna máquina debería
jamás elegir quitarle la vida a un ser humano", haciendo eco de la
profunda preocupación de la Iglesia sobre el papel de las máquinas en
decisiones que afectan la vida humana.
Durante su intervención, Balestrero enfatizó que el Vaticano
no se opone completamente a la investigación sobre las posibles funciones de
los sistemas de armas autónomas.
Sin embargo, dicha investigación debería servir para
eliminar los sistemas que violan el Derecho Internacional Humanitario. También
abogó por la necesidad de consideraciones éticas por parte de los órganos de
gobierno para establecer prohibiciones y restricciones en su uso.
En este contexto, el padre Santiago Martí Ascencio, un
reconocido teólogo y académico, ha añadido que esta postura del Vaticano
refleja una profunda tradición ética de la Iglesia Católica, que siempre ha
priorizado la dignidad humana y el respeto por la vida.
Según el padre
Santiago, la enseñanza de la Iglesia se centra en que cualquier desarrollo
tecnológico debe estar al servicio del bien común y no en detrimento de la
humanidad.
Además, menciona que los avances tecnológicos son
inevitables y pueden ser beneficiosos, deben ser acompañados de un desarrollo
ético adecuado que ponga estos avances al servicio del desarrollo humano
integral y del bien común.
La reflexión ética y la prudencia en el desarrollo y uso de
nuevas tecnologías son esenciales para asegurar que estas sirvan para el
bienestar de todos.
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